La semana pasada en taller III hablaríamos acerca de la coherencia (palabra que uso yo) o la claridad (concepto que usa la Cecilia). Hace un año hablaríamos con la Cruzma acerca de la consistencia.
Aquella palabra con la que describiéramos la justeza en la que se desarrollan y resuelven todos los aspectos de una obra/proyecto en la arquitectura, ya sean convencionales o no, y de múltiple escala o formato.
Cualidad que describirá entonces un desarrollo ajustado entre las partes, y no por ello convencional. Justeza para lograr la perfecta combinación de colores, y no, por el contrario, convertirla en una obra gris.
Coherencia en un afán por que las partes contribuyan a un desafío común. Claridad para que dichas partes, en su contribución común, sean reconocibles, o a lo menos identificables en su afán. Consistencia en el sentido de que las partes contribuyan en su mejor manera a dicho desafío común.
Ahora bien, dicho desafío puede tener múltiples entradas, y he ahí la maravilla del diseño (en un sentido amplio en el que incluye a la arquitectura).