Piso1
El museo estaba repleto. No importaba lo amplia que fuera la primera planta, en ella yacían 4 colas de gente para comprar tickets y guardarropía, y el resto eran masas humanas desordenadas de todos los colores, edades y modas. No podrías decir que estabas en NY porque al rededor se escuchaba español, francés, ingles y otros inentendibles en igual densidad.

Piso 2
La sección de arquitectura, cerrada. Desilusión.

Piso3
Y ese afán el visitante de sacarse fotos con (y no del) cuadro. Monalisas como las sopas de Warhol o la noche de Van Gogh no estaban atiborradas de gente expectante en actitud de contemplación de las obras de arte, sino más bien de gente fotografiandose al modo yo estuve aquí. Supongo que en eso se convierten los museos reconocidos del globo.